jueves, 7 de enero de 2010

Jóvenes y Adultos quimilenses recibieron la Sagrada Confirmación Cristiana:


Los días Sábado 24 y Domingo 25 de Octubre, en las Iglesia San Pedro y San Pablo y Santa Rosa de Lima, respectivamente, más de 150 chicos recibieron el Sacramento de la Confirmación.
Ambas ceremonias estuvieron presididas por Monseñor Uriona, Obispo de la Diócesis de Añatuya. en la primera junto al Padre Eugenio Milewich y en la segunda con el Padre Guillermo Burdet.
En la parroquia del barrio Juan XIII, Iglesia San Pedro y San Pablo, fueron 81 quienes se confirmaron (45 chicos pertenecientes a dicha parroquia y 36 del Colegio Escuelas Pías), en la del barrio Centro, la Iglesia Santa Rosa del Lima, fueron 36 en los que había una persona mayor, a estos últimos se sumaron los de la Capilla de Lujan (11 chicos), los de la Capilla del Barrio Triángulo (7 chicos), los de la Chacra San Francisco (8 chicos), los del Paraje Santa Rosa (7 chicos) y los Cejolao (7 chicos).
En esos días los jóvenes recibieron el Espíritu Santo que Jesús les prometió a ellos y a todos los cristianos, Él los iluminará con la luz de la Fe para que puedan dar testimonio de Jesús.
Los confirmados afirmaron estar dispuestos a vivir y a morir alegremente en la vocación cristiana; a creer, con la luz del Espíritu Santo, todo lo que Dios ha revelado y nos enseña por medio de la Santa Iglesia; a dar testimonio de Jesús en todas partes, aunque tengan que sufrir por eso desprecio y persecución y, a renunciar a todo lo que les impida amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ellos mismos; a renunciar a todo lo que les impida comportarse como verdaderos testigos de Jesús en medio del mundo.
El Obispo, sucesor de los Apóstoles, impuso sus manos a los confirmandos, repitiendo el gesto con que los Apóstoles transmitían el Espíritu Santo, diciendo: “Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que hiciste renacer a estos hijos tuyos por medio del Agua y del Espíritu Santo, liberándolos del pecado, envía sobre ellos el Espíritu Santo Paráclito; concédeles el Espíritu de Sabiduría y Entendimiento; el Espíritu del Consejo y la Fortaleza, el Espíritu de Ciencia y Piedad; y cólmalos con el Espíritu de tu santo amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.”
Luego fueron ungidos con el Santo Crisma, que simboliza la unción interna del Espíritu Santo que así como el aceite penetra hasta la piedra impregnándola, invadió plenamente a esos nuevos confirmados para que sean testigos de Jesús con su palabra y su vida.

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