Quimilí todavía sigue siendo invadida por los burros y otros animales.
Los burros dejaron sus corrales para acercarse a la ciudad. Esto se debe a que los dueños, pareciera que no existen, no los controlan. Se los pueden encontrar en todos los barrios pero el centro de la cuidad es el punto de encuentro. Estos animales están cambiando sus hábitos, ahora se alimentan de los desechos domiciliares como pañales, restos de comidas y otros, además de las plantas de jardines y plazas y paseos, dejando un mal aspecto por los destrozos. Son agentes de desastres y de conflictos de transito, ya causaron accidentes graves. Las familias tienen que hacer más altos los sextos de basuras para que no puedan alcanzarlos.
Es hora de tomar acciones concretas y sostenidas para sacarlos de las calles. O será que se pretende ser como ciudades de la India donde las vacas andan entre medio de las personas, en las calles. Pero hay que recordar las vacas son sagradas allí. ¿Los burros lo serán aquí?
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