martes, 27 de abril de 2010

LOS MISMOS DE SIEMPRE

Desde la recuperación de la Democracia en 1.983 los quimilenses no hemos conocido opciones de gobierno que no sean las pertenecientes a la Unión Cívica Radical (UCR) o al Partido Justicialista (PJ). Esto no tendría que ser un problema en si mismo ya que se trata de partidos con significativas presencias en nuestra historia nacional y que cada uno en su momento provocaron quiebres en las prácticas políticas y gubernamentales, que encontraron en las masas populares, su adhesión.
Pero si analizamos los nombres de los máximos gobernantes de la comuna local, nos daremos cuenta que salvo los periodos de gobierno del Sr. José Sinesio Gómez y del Sr. Luís Fernando Gelid, los que se repiten son René Eduardo Mustafá y José Gelid, que en reiteradas ocasiones estuvieron a cargo de la intendencia.
En el presente año electoral, se nos vuelven a presentar estos nombres como opciones, es decir que no tenemos opciones. Es uno o es el otro y la historia se repite cada cuatro años. Nos ponemos la camiseta de “Musta” o nos ponemos la camiseta de “José”.
Las discusiones, incluso peleas, entre vecinos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, rondan en torno a estas figuras y nuevamente el pueblo se divide innecesariamente para defender a uno o al otro. “Eh, pero “Musta” hizo esto y aquello” - “bueno pero mirá que sino fuera por José no tendríamos esto” y la historia se repite y se repite.
Ambos ya dejaron su impronta en la sociedad; ambos ya hicieron mucho por Quimilí y, lo que no pudieron, no quisieron o no supieron hacer, ya no lo harán. Hay ciclos que se cumplen y hay que aceptarlo. Lo lamentable es que no podamos encontrar nuevas opciones a la hora de elegir a nuestros representantes. Es increíble que el Radicalismo o el Justicialismo no hayan hecho docencia y preparado a los jóvenes para que sean capaces de hacer otra cosa que tocar el bombo, pegar carteles, entregar bolsines, repartir votos o acarrear sillas. Es penoso que cuando aparecen nuevas figuras o partidos alternativos, estos sean absorbidos o comprados por los históricos y se contagien rápidamente de sus mañas.`
La crisis de representatividad política que atraviesa Quimilí y toda la Argentina no se resolverá si no hay un protagonismo activo con la consecuente toma de conciencia por parte de los individuos en la construcción de un poder popular alternativo. Las bases tradicionales de la democracia liberal y representativa que implica la libre elección de los gobernantes por los gobernados, no debe cerrar las puertas para la iniciativa social. Es imperioso encontrar espacios de reflexión y acción que sean el reflejo del accionar y de un sentir social distinto. Pero para que esto sea posible debemos involucrarnos en serio y dejar de ser meros espectadores de esta realidad que es de todos y cada uno.

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