Estuvo casado con Isabel Páez con quien tuvo cuatro hijos: Alberto, Miguel, Mirta y Alfredo.
Gran parte de su vida trascurrió en nuestra ciudad y muchos han de recordarlo como una persona emprendedora y de gran carisma.
A los diez años comenzaba a trabajar en el comercio de Don Ángel Caminero. Posteriormente abrió su propia verdulería conocida como “el puesto Nº 1”, ubicada en el antiguo Mercado Municipal; convirtiéndose años más tarde, en un reconocido mayorista de la región, distribuyendo la mercadería a zonas como El Colorado, Cejolao, Otumpa, Aerolito, Weisburd, y Mirabal.
Pasado el tiempo y con sus virtudes intactas, abrió un Kiosco sobre calle Rivadavia, a la altura de la Vieja Estación del Ferrocarril (hoy terminal de Ómnibus), el que sorprendía por sus pequeñas dimensiones, pero al que todos concurrían como un destino obligado.
Sus últimos años residió en la Provincia de Tucumán, teniendo a su cargo la distribución y venta de periódicos, actividad que desarrollaba junto a uno de sus hijos.
Don Leopoldo añoró siempre a su Quimilí natal. Lo recuerdan con el respeto y el amor de siempre, sus hermanos; Pochola, Ema, Selva,
Olga, Vicente y Mario.
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