Podría ser el nombre de una película pero se trata de la triste realidad de la ciudad de Quimilí, que se encuentra literalmente oculta tras la maleza que no para de crecer favorecida por las lluvias intensas.
A esto se le suma la cantidad de basura que se acumula en espacios baldíos, veredas y otros espacios públicos, más el barro sobre las calles asfaltadas que pareciera que fueran de tierra.
Si bien se percibe algunos espacios donde se procedió al desmalezamiento, se dejó el pasto cortado sobre las veredas, afeándose aún más el paisaje.
Es evidente que la limpieza se tomó vacaciones y la imprudencia y dejadez de algunos vecinos, que tiran la basura donde se les antoja y no mueven un dedo por limpiar sus terrenos o veredas, no contribuyen mucho en mejorar la situación.
Si pretendemos hacer de Quimilí una gran ciudad, sería bueno que entre todos cooperemos con su limpieza. Una ciudad limpia es sinónimo de madurez social y responsabilidad municipal. Quimilí es nuestro hogar y no podemos descuidarlo tanto, recordemos que el dengue y otras enfermedades no esperarán a que nos decidamos a cambiar de actitud.
A esto se le suma la cantidad de basura que se acumula en espacios baldíos, veredas y otros espacios públicos, más el barro sobre las calles asfaltadas que pareciera que fueran de tierra.
Es evidente que la limpieza se tomó vacaciones y la imprudencia y dejadez de algunos vecinos, que tiran la basura donde se les antoja y no mueven un dedo por limpiar sus terrenos o veredas, no contribuyen mucho en mejorar la situación.
Si pretendemos hacer de Quimilí una gran ciudad, sería bueno que entre todos cooperemos con su limpieza. Una ciudad limpia es sinónimo de madurez social y responsabilidad municipal. Quimilí es nuestro hogar y no podemos descuidarlo tanto, recordemos que el dengue y otras enfermedades no esperarán a que nos decidamos a cambiar de actitud.
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