PAREMOS CON LOS ACCIDENTES, PAREMOS CON TANTO DOLOR

Cada vez con más frecuencia los medios periodísticos locales y provinciales informan sobre accidentes en nuestra ciudad con desenlaces de todo tipo, como el caso del protagonizado por Gabriel Sosa de 19 años que impactara con su motocicleta, contra la camioneta conducida por Sebastián Carlos Manchietti, hace pocas semanas atrás.

Como saldo del terrible episodio a Sebastián tuvieron que amputarle el pie derecho dadas las graves heridas que le produjera la colisión.

Y como este, tantos casos de accidentes que mantienen en vilo a una sociedad, que de a poco se va acostumbrando al sonar de las sirenas de las ambulancias y al incremento de la estadística de impactos, lesiones y decesos por la imprudencia de nuestros motoqueros y conductores de todo tipo de vehículos.

La realidad que atravesamos como sociedad hace que se complique la situación. Que lamentablemente debamos limitarnos a observar contextos que se repiten perniciosamente, que parecen, sorprendentemente no tener solución. Es increíble. Son cosas que deberíamos aprender, pero que no terminamos de consolidar como aprendizaje, para no repetirlos.

Los accidentes de este tipo cobran decenas de mil vidas de argentinos por año. Decenas de miles de inválidos en nuestro país y siguen sumándose nombres de quimilenses a sus tristes listas, sin que se pueda detener su crecimiento exponencial.

Lo que más duele es que parece que no nos inmuta vivir en medio de tanto dolor, de tantas pérdidas. No nos conmueve saber que la parca está en cada esquina rondando, esperando el paso de cualquiera. Aguarda a incautos de todo tipo ya que no diferencia edades, sexo, religión, partido político, intereses, clubes deportivos, nada. Sigue llenando de dolor a las familias de Quimilí y nosotros seguimos igual, impávidos ante tanto sufrimiento.