Datos a tener en cuenta de nuestra realidad económica y social:
Durante los meses de octubre y noviembre de 2013, desde las Cátedras “Geografía II” de 5º C del Colegio de Escuelas Pías y “Teoría del Pensamiento Geográfico” de Primer año del Profesorado en economía (ISPP Nº 7), los alumnos respectivos realizaron un trabajo de campo en diferentes barrios de nuestra ciudad, consistente en determinar una estimación general de las características de la población quimilense desde el punto de vista económico y la calidad de vida de la misma.
Los alumnos coordinados por el profesor Diego Eliseo Leonardo López visitaron y encuestaron a 233 familias y recabaron información importante de nuestro pueblo, que puede resultar útil a la hora de encarar proyectos o implementar políticas de acción social y económica dirigidas a la comunidad.
Aclaramos que los resultados son apenas una muestra, ya que para obtener resultados más precisos necesitaríamos realizar un censo que incluya al total de la población quimilense. Pero sin embargo los datos obtenidos pueden marcar una tendencia que no se aleja de la realidad.
Informe de la encuesta económica social realizada en Quimilí:
De un total de 233 viviendas visitadas se determinó que en ellas habitan 1125 personas, de las cuales el 57,06% (642) pertenece a la PEnA “población económicamente no activa” -es decir aquellas personas menores de 14 años (pasivos transitorios); mayores de 65 años (pasivos definitivos) y a los que estando dentro de esas edades (14 a 65 años) no trabajan y no buscan hacerlo por las razones que fueran, o aquellos que no perciben remuneración por la labor realizada- y el 42,94% (483) forman parte de la PEA “población económicamente activa” -es decir las personas de 14 a 64 años que constituye la mano de obra disponible de un país para producir bienes o prestar servicios-.
Dentro de la PEnA encontramos un 48,6% de menores de 14 años; 5,4% mayores de 65 años; un 13,7% amas de casa; 1,9% de personas con incapacidad física o mental para el trabajo formal; 11,7% estudiantes (mayores de 14 años); 18,7% personas que estando en edad de trabajar, no lo hacen por estar recibiendo un plan o asignación universal y no quieren perder la ayuda.
La encuesta también arrojó el dato que en 175 viviendas (75%) de las 233 visitadas la familia recibe alguna ayuda económica estatal, ya sea tarjeta social, asignación universal entre otras.
Dentro de la PEA encontramos que el 62,3% (301) son OCUPADOS (Trabajan y reciben una remuneración que satisface sus necesidades); 22,2% (107) son SUBOCUPADOS (personas que trabajan menos de 35 horas semanales y desean trabajar más porque la remuneración recibida no les alcanza para satisfacer todas sus necesidades); y el 15,5% (75) son DESOCUPADOS (no tienen trabajo y buscan conseguir uno).
De las personas que se encuentran trabajando, el 16,7% lo hace en actividades primarias (agricultura, ganadería, explotación forestal, ladrillería, carbonería, etc.); 20,7% en actividades secundarias (pequeñas industrias, construcción, carpinterías, artesanos, etc.); y el 62,6% en actividades terciarias (comercio y servicios -transporte, educación, sanidad, policía, municipales y otras reparticiones públicas).
Respecto a los indicadores de calidad de vida de las viviendas visitadas el 94% tiene agua de red; el 97,7% tiene energía eléctrica; el 88,4% tiene baño con inodoro (aunque en nuestra ciudad todavía no hay cloacas); el 85,8% tiene cocina con gas; el 77,25% recibe el servicio de recolección de residuos domiciliarios.
La encuesta incluía también la posesión de teléfonos celulares, motos y otros vehículos mayores, dando como resultado: tres celulares por vivienda aproximadamente (692); una moto por vivienda y un automotor cada dos viviendas.
Además se consultó sobre la asistencia a la escuela de los niños y jóvenes en edad de escolarización obligatoria (de 5 a 18 años de edad). En este caso de 376 niños y jóvenes que tendrían que estar estudiando el 79,25% (298) asiste a clases y el 20,75% (78) no lo hace.
Estos son datos, números de la realidad. En sí mismo no son nada, pero pueden servir si pretendemos actuar para mejorar la situación económica y social de la población quimilense.
Fuente: Profesor Diego Eliseo Leonardo López
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