viernes, 3 de enero de 2014

Crean un filtro para descontaminar agua subterránea

 Fue desarrollado a partir de huesos de vaca y apunta a liberar el flujo de metales pesados.
              Científicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) desarrollaron un filtro a partir de huesos de vaca triturados, para descontaminar corrientes subterráneas de agua, principalmente de metales pesados.
"No es como un colador porque no retiene las partículas en forma mecánica, sino química", informó a Télam Javier Gómez del Río, doctor en ingeniería química y uno de los responsables del proyecto.
Explicó que como las partículas que componen el filtro son reactivas, "los contaminantes disueltos en el agua quedan pegados al material de la barrera", proceso químico que se denomina adsorción.
Esta barrera permeable reactiva está siendo desarrollada por un grupo de investigadores de la División Química del Agua y del Suelo del Centro Atómico Constituyentes de la CNEA, ubicado en la periferia noroeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, próxima al predio ferial de Tecnópolis.
La barrera -aún en fase de laboratorio- es de un material llamado hidroxiapatita biogénica. En este caso es hueso de vaca calcinado y triturado.
El hueso está compuesto por proteínas de colágeno y entre medio de ellas, hidroxiapatita. Al calcinarlo, se quema el colágeno y queda la hidroxiapatita con un pequeño porcentaje de carbono.
“Elegimos este material porque tiene la propiedad de adsorber contaminantes. Además, los huesos se consiguen fácilmente y son naturales, con lo cual no estamos introduciendo nada extraño en el medio ambiente”, aseguró el experto.
Según Gómez del Río, la barrera no podría instalarse en un río porque “como es un sólido poroso, se taparía y el agua pasaría por arriba. Pero como el agua subterránea fluye muy despacio, avanza pocos centímetros por día, al traspasar la barrera se va limpiando”.
El investigador dijo que el equipo ya probó la eficacia del método con cadmio, cinc, cobalto y arsénico, y que ahora trabaja con manganeso, flúor y uranio. "La idea es ir avanzando sobre distintos contaminantes", acotó.
Los materiales quedan retenidos en la barrera que llegado un punto se satura y debe ser reemplazada. Para facilitar esta tarea, debe ser modular.
“Luego ese sólido se tratará como un residuo peligroso", dijo Gómez del Río, aunque apuntó que en el caso de un contaminante valioso, por ejemplo uranio, "se lo podría extraer y utilizar como materia prima en la minería".
"Pero el beneficio de esta tecnología es que el contaminante ya está confinado y no en el agua, que está en constante movimiento y dispersando la contaminación", dijo el experto.
Otro de los beneficios de que se trata de una tecnología barata y su funcionamiento es totalmente pasivo, ya que no consume energía ni necesita de bombas. La única operación que requiere, cada cierto tiempo, es la de monitoreo y reemplazo de los módulos que se vayan saturando.
El proyecto de la barrera permeable reactiva se encuentra en fase de laboratorio. “Hasta ahora los experimentos realizados -relató Gómez del Río- indican que la hidroxiapatita sirve para hacer una barrera de este tipo, pero aún son necesarias más pruebas para saber exactamente cómo se comporta el material”.
El siguiente paso será volcar los resultados de laboratorio en un programa de simulación y la construcción de una barrera a pequeña escala para constatar si la simulación coincide con los experimentos.
Según estos resultados, “podremos definir las dimensiones que tendría una barrera de este tipo y cuánto tardaría en saturarse, para luego pasar a una fase mayor -una planta piloto- y posteriormente probar una barrera en algún lugar que esté contaminado”, dijo Gómez del Río entusiasmado.


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