viernes, 3 de enero de 2014

Editorial de la edición 106 de LEA Revista del Interior

              Todo comienzo de año entusiasma o por lo menos nos ilusiona la idea de que nos puede ir mejor que durante el año que dejamos atrás. El 2014 comenzó caliente, muy caliente, por las altas temperaturas de este verano, que ya se perfila como el más caluroso de los últimos tiempos. Y, si a esto le sumamos el corte del suministro de energía eléctrica en algunos sectores de la ciudad y la falta de presión del agua de red en la mayoría de los barrios quimilenses, el termómetro quiere explotar.
Desde el punto de vista político comunal se percibe una brisa refrescante. La nueva conducción está dando indicios de que quiere trabajar en serio por Quimilí. Están viéndose claros ejemplos de que cuando se quiere hacer, se puede. Tal es el caso de los operativos de limpieza en la ciudad, la mayor presencia en las calles de los agentes de tránsito y la inquietud de escuchar a la gente para conocer sus necesidades y tratar de, progresivamente, resolverlas.
Las necesidades quimilenses son muchas y de larga data, es por eso que esperanza el hecho de que empiecen a ocuparse. La ciudad estaba muy sucia, parte por dejadez e irresponsabilidad de algunos vecinos que tiran la basura donde se les antoja o no se ocupan de cortar los yuyos de sus veredas y terrenos baldíos, y parte porque desde el municipio se ocuparon poco y nada para resolver esta cuestión.
La mayoría de las calles permanecen a oscuras durante las noches, a pesar de que no hace mucho se renovaron las luminarias en gran parte de ellas. Esto podría adjudicarse a dos motivos, o se pretende ahorrar energía o hay muchos dañinos que se encargan de destrozar sistemáticamente lo que es común y público.
Puse estos ejemplos porque quiero expresar que las responsabilidades para las mejoras de un municipio son compartidas entre los gobernantes y el pueblo. Nada se logra actuando por separado, si van en direcciones distintas o si la actitud preponderante es la indiferencia.
Quimilí tiene casi todo por mejorar: Cultura, deporte, educación, salud, espacios públicos, recreativos, energía eléctrica, agua potable, tránsito, a consecuencia de inacciones o acciones a medias durante décadas. Sin embargo con responsabilidades compartidas (gobierno-pueblo); con buenos ejemplos (gobierno-pueblo); con actitudes positivas, solidarias y sobre todos con ganas de hacer se puede mejorar sustancialmente cada una de estas realidades.
Como dije anteriormente, se están viendo indicios desde el nuevo gobierno que se quiere trabajar por el bien de la gente, pero también hace falta que la gente esté dispuesta a trabajar por la gente. Si los esfuerzos son compartidos tendremos un mejor Quimilí, si seguimos con las mezquindades, estamos condenados a la postergación y al fracaso.
Diego Eliseo Leonardo López


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