PELIGRO: EL DESMONTE NO PARA

En la Argentina desaparecieron en los últimos cinco años más de 2.500.000 de hectáreas de bosques nativos, para destinarlas a la agricultura, sobre todo al cultivo de soja y, en menor medida, a la ganadería.

Las estadísticas oficiales del gobierno nacional ubican a nuestra provincia como la provincia con mayor deforestación de los montes nativos en el país. Habrían desaparecido tres cuartos de millón de hectáreas en la última década, colocándola en el tope de la lista de la deforestación en Argentina.

A pesar de las leyes provinciales y nacionales que regulan el desmonte actualmente, nuestros montes y con ellos la fauna autóctona es arrasada por inescrupulosos que siguen destruyendo la vida silvestre con el afán de incrementar sus arcas monetarias.

Esto nos hace pensar que hay personas que no comprenden que el equilibrio natural se sostiene por un hilo muy delgado que se rompe con facilidad y conlleva a la desaparición parcial o total de especies, afectando directa e indirectamente a nosotros mismos en el corto y largo plazo.

No tienen en cuenta que la naturaleza o un ser superior nos hará pagar tanta avaricia y falta de amor a la vida, especialmente al mundo natural que tanto nos da. No debemos ser ingenuos y pensar en que nada nos pasará si no ponemos un freno a las topadoras y a la quema intencional. Debemos evaluar si vale la pena destrozar la futura subsistencia de nuestros hijos por unos cuantos pesos más.