En informes anteriores, publicados por este medio, las sucesivas falencias en el servicio de potabilización de agua en nuestra ciudad y cómo este servicio no era accesible para toda la población.
Cuando hablamos de agua potable nos referimos al agua que podemos consumir o beber sin que exista peligro para nuestra salud. El agua potable no debe contener sustancias o microorganismos que puedan provocar enfermedades o perjudicar nuestra salud.
Por eso, antes de que el agua llegue a nuestras casas, es necesario que sea tratada en una planta potabilizadora. En estos lugares se limpia el agua y se la trata hasta que está en condiciones adecuadas para el consumo humano.
Desde las plantas potabilizadoras, el agua es enviada hacia nuestras casas a través de una red de tuberías que llamamos red de abastecimiento o red de distribución de agua.
Siempre hubo dudas sobre la calidad de la potabilización del agua que consumimos -nos referimos a la de la planta que depende de Aguas de Santiago ya que la de los pozos ubicados en diferentes sectores de la ciudad, está comprobado que no es para nada potable- pero ahora cualquier persona que consuma agua de red puede percibir el mal olor, el mal sabor e incluso el mal color que tiene a veces el líquido que llega a nuestros hogares.
No somos ingenuos, el agua en esas condiciones no es potable y no todos pueden comprar el agua envasada que nos llega de otros lugares. Por favor, a los responsables de este servicio y del control del mismo, no esperen a que comiencen a enfermarse los conciudadanos o que vuelvan las marchas y reclamos para hacer algo al respecto.
Cuando hablamos de agua potable nos referimos al agua que podemos consumir o beber sin que exista peligro para nuestra salud. El agua potable no debe contener sustancias o microorganismos que puedan provocar enfermedades o perjudicar nuestra salud.
Por eso, antes de que el agua llegue a nuestras casas, es necesario que sea tratada en una planta potabilizadora. En estos lugares se limpia el agua y se la trata hasta que está en condiciones adecuadas para el consumo humano.
Desde las plantas potabilizadoras, el agua es enviada hacia nuestras casas a través de una red de tuberías que llamamos red de abastecimiento o red de distribución de agua.
Siempre hubo dudas sobre la calidad de la potabilización del agua que consumimos -nos referimos a la de la planta que depende de Aguas de Santiago ya que la de los pozos ubicados en diferentes sectores de la ciudad, está comprobado que no es para nada potable- pero ahora cualquier persona que consuma agua de red puede percibir el mal olor, el mal sabor e incluso el mal color que tiene a veces el líquido que llega a nuestros hogares.
No somos ingenuos, el agua en esas condiciones no es potable y no todos pueden comprar el agua envasada que nos llega de otros lugares. Por favor, a los responsables de este servicio y del control del mismo, no esperen a que comiencen a enfermarse los conciudadanos o que vuelvan las marchas y reclamos para hacer algo al respecto.
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