miércoles, 14 de diciembre de 2011

Edición Diciebre de LEA Revista del Interior

83 ediciones, más de 1500 páginas de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que nos falta y de lo que anhelamos. 6 años de trabajo, de mucho trabajo, y responsabilidad en cada palabra, en cada imagen que pusimos en consideración para los miles de lectores de Quimilí y de todo el mundo.


¿Misión cumplida?

NO, claro que NO. Esto recién empieza y no se acaba nunca, la realidad no termina en el hoy, es cambiante, contradictoria, ambivalente y nos afecta directa o indirectamente en forma permanente. Tratamos de plasmarla lo más objetivamente posible, aunque ser objetivos es muy difícil. No se si pudimos satisfacer las expectativas y confianza que pusieron en nosotros pero sepan que pusimos el alma y el corazón en cada publicación que llegó a sus hogares.

Siempre tuvimos objetivos firmes y claros: “describir la realidad; levantar las banderas de nuestra identidad cultural; defender la educación y procurar que esté en el centro de interés de los gobernantes como política de estado y que la comunidad sepa que ella es el camino fundamental para alcanzar la dignidad personal y social; promover el deporte y las buenas acciones que hacen crecer y madurar a nuestro pueblo”. No se si se cumplieron, pero pusimos todo nuestro empeño para lograrlo.

Dejamos impresas muchas historias, muchas obras, muchas inacciones, muchas tragedias, muchas alegrías. Un pedazo de nuestra existencia como pueblo quedó en nuestras páginas, es una parte minúscula pero está allí, en LEA Revista del Interior.

Nos hubiera gustado publicar tantas otras obras y realidades que hacen a nuestra existencia pero no lo hicimos ya sea por nuestras propias limitaciones de cobertura o porque no se hicieron o demoran en concretarse, como por ejemplo: la construcción del edifico nuevo para el colegio Agrotécnico; la presencia de más equipamiento y profesionales de la salud en nuestro hospital que permitan atender las emergencias sin tener que trasladar a los enfermos tantos kilómetros, con el miedo a que se nos mueran en el camino; el tratamiento y reciclado de la basura; el mejoramiento del servicio de transporte público de pasajeros; la construcción de un polideportivo; la creación del museo histórico quimilense; el mejoramiento del tránsito y la toma de conciencia vial para proteger nuestras vidas; el incremento del amor por el trabajo; entre otras.

Pero como dije antes: esto recién empieza y puede que se realicen en cualquier momento. Esperamos que sea en lo inmediato; no por la publicación en sí misma, sino por el bien que representaría para nuestro pueblo y la región. Nosotros quizás ya no estaremos como medio para pregonarlos (nunca se sabe) pero nuestra felicidad será infinita.

Diciembre es el mes de las despedidas por excelencia, el mes de los balances y la culminación de ciclos. Siento que culminó un ciclo de nuestra amada revista, no se si el balance es positivo, ustedes dirán. Pero nos despedimos con la alegría de que fuimos parte de sus vidas, de que fuimos testigos de nuestra historia comunitaria y que muchos atesoran con amor nuestras ediciones.

Gracias por el tiempo compartido, gracias por aceptarnos. Que el Niño Jesús los bendiga y ampare siempre. Hasta la próxima, si Dios y la Virgen María Quieren.

Infinitas GRACIAS

Diego Eliseo Leonardo López

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