jueves, 24 de abril de 2014

EL PAPA FRANCISCO: A UN AÑO DE LA BUENA NOTICIA

Texto: Sergio Rubín: Periodista experto en Religión.

              Desde el primer minuto, Jorge Mario Bergoglio dejó en claro que su pontificado sería diferente. Apenas salió al balcón para saludar a los miles de fieles que aguardaban emocionados conocer al nuevo Papa, el argentino se inclinó y pidió que rezaran por él. Fue el 13 de marzo de 2013.
 Un año después, el pontífice no ha parado de sorprender al mundo con sus gestos de humildad y cercanía, lo que le han valido una aprobación nunca antes vista entre los católicos. Lejos del protocolo y la suntuosidad que rodearon a otros pontífices, Francisco ha sabido ganarse y recuperar a los fieles para su iglesia. Una iglesia católica que venía golpeada como pocas veces en su historia.
“El Papa ha provocado una verdadera revolución cultural dentro de la iglesia. Es cierto que por ahora no ha cambiado ningún norma, pero lo que está claro es que ha cambiado el modo de presentar un mensaje que tiene dos mil años, con sus gestos de sencillez y austeridad”. Esos gestos inusuales, sumados a declaraciones inesperadas, han sacudido los cimientos más profundos de la Iglesia, anquilosada en tradiciones medievales.
las transformaciones que ha ocasionado el Papa Francisco, van desde simples gestos que muestran a un Papa que rompe el protocolo todo el tiempo, que se baja en medio de la Plaza San Pedro a besar a un hombre con una rara enfermedad, que juega con un niño desde el escenario mientras predica el evangelio o toma mate en medio de la multitud. Hasta transformaciones más de fondo que llegan de la mano de mensajes de inclusión hacia los homosexuales, otras que piden no condenar a los divorciados o en los que se vale de metáforas futboleras para calar hondo en los fieles.
“Es un Papa que ha venido a refrescar la vida de la Iglesia. Y la ha venido a refrescar porque la Iglesia venía siendo azotada por un conjunto de crisis muy profundas. “Cuando asumió, la Iglesia estaba en el ojo de la tormenta. No es que en el pasado la Iglesia no haya tenido problemas, pero no como esta iglesia con todos estos problemas juntos: los casos de pedofilia, las peleas internas del Vaticano, la filtración de documentos, las finanzas cuestionadas, un centralismo romano muy asfixiante”
Los aires nuevos que trae Francisco están marcados por austeridad. “Renuncia a los lujos, a esos tics monárquicos; por ejemplo, su sotana es muy sencilla, usa una cruz de hierro, no vive en los aposentos del Vaticano sino en un pequeño hotelito, paga sus cuentas, tiene un auto modesto. Es decir, trata de tener una actitud mucho más humilde frente al conjunto de lo que se había denominado una curia monárquica, de personajes que estaban por encima de la sociedad”,
“El Papa empieza a hablar de los pobres, de una Iglesia pobre para los pobres.
Es el Papa del pueblo. La gente lo ve muy cercano. No solo en lo físico, cuando se acerca, toca, besa, abraza, sonríe y se acongoja con los que sufren. Además, hay una cercanía espiritual, busca “establecer un lenguaje de corazón a corazón”.  
 “Francisco, desde el primer día de su papado, le ha pedido a los católicos reencontrarse con el nuevo mensaje de Jesús. Y en el llamado con ese reencuentro ha dicho que todos somos responsables de nuestro prójimo. Y para el Papa el prójimo es el excluido, el marginado, el que sufre”
Francisco sacude con sus gestos y palabras. “Sobre la comunidad homosexual, los avances fueron enormes frente a Juan Pablo II y Benedicto XVI. Por primera vez un Papa, en vez de llamarlos como una aberración o un desorden social, los llama hermanos. Y dice: “Quién soy yo para juzgarlos”. Francisco trata de la misma manera a las mujeres que han cometido un aborto, a las parejas divorciadas. Este Papa es más receptivo con las personas excluidas de la Iglesia. Eso lo hace diferente al resto. Llama a la Iglesia a humanizarse, a mostrar un rostro más compasivo.
“Es muchísimo e increíble lo que ha logrado en estos doce meses. Pero el desafío por delante es mucho y necesita el acompañamiento de todos los miembros de la Iglesia: el clero, los dirigentes laicos, los fieles. Ojalá que lo acompañen y pueda revitalizar esta iglesia que venía con tantos problemas”. “Este Papa representa la esperanza de cambios que pueda tener la Iglesia. Pero ojo, es un Papa que ha levantado muy altas expectativas de cambio y, si no se cumplen, habrá una profunda desilusión y muchos sectores probablemente se sientan defraudados.


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