Un llamado de atención para todos.
( Reflexiones efectuadas por Luís D. Gómez )
Es importante realizarse un control cada seis meses e incluso una ecografía renal. El riñón trabaja las 24 horas, por eso es conveniente tomar entre dos o tres litros de agua por día, recordemos que el riñón es un filtro que depura todas las toxinas del cuerpo humano.
La enfermedad renal puede ser crónica o aguda, ésta última es más tratable y la persona se puede recuperar realizando un corto tratamiento. Cuando se ingresa a diálisis entras en contacto con una máquina que trabaja cuatro horas, que a la vez, no son suficientes para que filtre toda la sangre como lo hace el órgano durante las 24 hs. de su funcionamiento. Por eso aún en tratamiento de diálisis hay que cuidarse para no perjudicar el organismo. Esta máquina te prolonga la vida momentáneamente hasta poder acceder al trasplante renal, y así mejorar la calidad de vida.
A pesar de la realidad del trasplante, el tratamiento debe continuar siempre, a través de medicamentos, pero uno puede prolongar la vida cuidándose. Se dice que un trasplante puede durar tres meses, seis meses, así como hay trasplantes que llevan 19 años.
El trasplantado debe cuidarse mucho los cuatro meses posteriores a la operación, utilizando barbijos, no exponiéndose demasiado a los hospitales, colectivos y demás lugares donde hay demasiado concentración de gente. La tierra también puede producir infección ya que las defensas del paciente están bajas.
La medicación es fundamental y debe tomarse en tiempo y forma.
Se puede llegar a tener problemas renales con la presión alta, los médicos indican que la presión normal es 11/7 hasta 14/8, mencionando a la sal como un factor dañino para el riñón.
Se recomienda evitar las gaseosas colas y procurar una buena alimentación, ya que después del año se puede comer de todo pero con moderación.
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