domingo, 16 de octubre de 2011

¿QUIÉN CONTROLA A LAS EMPRESAS DE TRANSPORTE PÚBLICO DE PASAJEROS?


Son cuantiosas las advertencias que se plantean desde el servicio de transporte en nuestra ciudad. A menudo escuchamos anécdotas increíbles de lo que deben soportar los usuarios de colectivos cuando deciden viajar a la ciudad de Santiago del Estero o regresar de ella, la impericia es cada vez mayor y debería ser una problemática de interés general.

El abordaje de este tema no tiene porque ser tabú, pero lo cierto es que únicamente nos quejamos por lo bajo, y existe la conformidad de pensar, que nada se puede hacer.

Quimilí es una comunidad pequeña, aunque plantea diariamente miles de necesidades, entre ellas la del transporte, que amerita se analice mínimamente, si se está ofreciendo al usuario un servicio digno, seguro y confiable.

No se puede mirar para el costado cuando el respeto por el otro pierde importancia, tampoco se puede aceptar que un servicio tan necesario e imprescindible para gran parte de la comunidad se convierta en una lucha diaria de causalidades.

Usualmente uno descarga su bronca con choferes y boleteros, caras visibles de un problema mucho más profundo y lleno de complicidades.

El llamado de atención es un planteo para prevenir males mayores y el reclamo es un derecho con el que cada ciudadano cuenta para expresar su disconformidad. Ojala la cordura y el entendimiento se conviertan en impulsores de un mejor servicio, porque si se progresa en este sentido el beneficio será para la mayor parte de la comunidad.

UN VIAJE DE SEIS HORAS

El colectivo partió con el pasaje completo de Quimilí a las 12,30 hs, tuvo un desperfecto en Suncho Corral y al no recibir ninguna información algunos pasajeros continuaron viaje en un una combi, mientras el resto de los viajeros debió hacer el trasbordo a otra unidad de la misma empresa. El ómnibus arribó a Santiago del Estero a las 18,30 hs.

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