sábado, 13 de septiembre de 2014

Quimilí ya eligió, ahora es tiempo de trabajar y ser ejemplos

              Como lo expresa la tapa de la presente edición de LEA Revista del Interior, el pueblo quimilense decidió; eligió democráticamente a la persona que considera adecuada para administrar la comuna y la responsable de guiar los destinos de todos los habitantes de esta amada ciudad.
Ya quedó atrás la campaña, la cartelería, los folletos, los agravios, las bombas, las promesas y llegó el momento de la verdad, llegó la hora de la gestión y de hacerse cargo de la ciudad, de sus necesidades y demandas.
Cuando hablo de hacerse cargo no solo me refiero a los flamantes gobernantes elegidos, sino a todos los que somos parte de Quimilí. Porque el progreso de una ciudad no solo depende de sus gobernantes -que sí son los máximos responsables- sino de todos los miembros del pueblo que la conforma. Todos somos responsables y de todos depende el éxito o el fracaso de una sociedad.
El intendente, sus funcionarios, los concejales son los que están al frente de esta empresa social que debería tener el objetivo principal de perseguir el bien común; pero todos nosotros somos la base fundamental de la misma y tenemos la obligación de procurar que no se hagan los distraídos y trabajen para lo que fueron elegidos.
Los primeros tienen que ser el ejemplo a seguir, los responsables, los trabajadores incansables, los que marquen el camino hacia el bienestar general; y nosotros, el pueblo, debemos ser responsables y dedicados, cada uno en lo que le toque: comunicando, enseñando, cuidando la salud, dirigiendo el tránsito, limpiando, estudiando, cuidando la ciudad, respetando las normas.
Las necesidades de los quimilenses son múltiples, sobre todo, después de gestiones egoístas de los que nos gobernaron a nivel local, provincial o nacional. Gobernantes que no tenían ganas de hacer en serio por el prójimo, o trataban de convencernos de que con la dádiva social deberíamos conformarnos, porque el pobre debe conformarse.
Lo dramático de todo esto es que hay muchos que se creyeron esto de que “el pobre debe conformarse con la ayuda social y está condenado a recibir siempre del que está arriba porque es pobre”, y también hay muchos que les queda cómodo recibir la ayuda y no esforzarse, total siempre hay alguien que se esfuerza por uno.
En esto la culpa no solo es del que gobierna, sino también de quienes teniendo la posibilidad de trabajar o estudiar, no lo hacen porque de todos modos, cada mes el cajero tiene el dinero necesario para subsistir. Pero no se dan cuenta que esa dependencia social los esclaviza y los deja a expensas de los malos gobernantes que solo quieren el poder para sus propósitos particulares o de un sector.
El actual intendente y sus funcionarios tienen la oportunidad histórica de gobernar para el bien común, personalmente deseo con todas las fuerzas que así sea. Pero también nosotros tenemos la oportunidad histórica como pueblo, especialmente los adultos, de trabajar por ese bien común que pregonamos tanto y dejar esta posición pasiva de esperar que las soluciones vengan siempre del otro y de creer que el que nació pobre tiene que seguir pobre.
Estoy seguro que esto es posible, se los dice alguien que sabe qué es ser pobre, pero que nunca, ni por un instante, dejó de creer que era posible salir de esa lamentable situación y por lo tanto estudió, trabajó y sigue haciéndolo incansablemente para mejorar la calidad de vida propia y de quienes dependen de ese esfuerzo. Yo lo aprendí del ejemplo de vida de mi madre que jamás se conformó con la dádiva recibida y entregó todas sus fuerzas y su salud por sus cinco hijos.
Si somos verdaderos ejemplos para nuestros hijos nuestra sociedad mejorará y el bien común dejará de ser solo un deseo, para convertirse en una gratificante realidad.
Diego Eliseo Leonardo López


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