sábado, 13 de septiembre de 2014

La despedida que no queríamos

Dormir, con la esperanza de despertar mañana.
L.E.A. Revista del Interior cierra sus páginas impresas, para quedarse solamente en las redes sociales. Aunque la medida resulta tras mucho análisis, no es fácil aceptar que sea para siempre.
Me está costando mucho poder enunciar en este escrito todos mis sentimientos tras la decisión. No llegará más la “REVISTITA” (como cariñosamente la llamaban muchísimos quimilenses) a las manos de tanta gente que a lo largo de estos más de 8 años pudimos acercarles, con importantes contenidos y de los más variados, que sin lugar a duda en la historia han de ser relevantes fuentes documentales.
Entiendo que ha sido un medio de mucho valor no solo para la sociedad quimilense. Pienso que contribuyó positivamente a la opinión pública, abarcando todos los extractos de la sociedad, con una postura absolutamente objetiva, sin inclinaciones tendenciosas de ninguna naturaleza y abierta a todos quienes hayan querido expresarse, siempre, en un marco serio de máximo respeto.
La imposibilidad de seguir sosteniendo económicamente este producto es la razón del adiós. Lo que ingresa está por debajo de los costos, sin contar el trabajo, que ha sido un esfuerzo voluntario permanente amparado en el reconocimiento de tanta gente, lo que daba valor para continuar.
De eso se trataba. Me vienen a la memoria un sinfín de vivencia a costa de este producto. A la par de la sociedad que pueda haberse enriquecido con nuestra propuesta, siento haber aprendido mucho y eso, no es mérito propio. Entonces es hora de expresarles y lo hago con la más absoluta sinceridad:
Muchísimas GRACIAS a todos los que han participado en este proyecto desde sus orígenes hasta nuestros días.
A MI AMIGO DE TODA LA VIDA Contador Omar Fantoni y al Ingeniero “Parano” Gelid quienes desde sus funciones en el gobierno de nuestra provincia, supieron otorgarnos un préstamo tan decisivo para el punta pie inicial, que gracias a Dios pudimos devolverlo en su totalidad tal como lo debíamos hacer.
A mi familia, especialmente a mi esposa Adriana López que me ayudó fundamentalmente al inicio cuando todo era cuesta arriba.
A todos los publicitarios que han confiado en nuestro trabajo, con cuyo aporte hicieron posible la continuidad de la revista a lo largo de todos estos años.
A tantos colaboradores en los distintos ámbitos, abarcando el trabajo de producción, distribución, venta, cobranzas, noticias, fotografías, coberturas que desinteresadamente nos hicieron llegar siempre.
Gracias L.E.A. por haberme permitido sumar en mi vida a 2 AMIGOS DE ORO: Diego López y Pablo Acosta quienes me invitaron a formar parte de este proyecto cuando todo era un sueño. Y a través de Ellos tuve la posibilidad de conocer sus maravillosas familias quienes me hicieron sentir considerado y apreciado.
Un párrafo aparte quiero dedicarles a todos los lectores de L.E.A. Revista del Interior en papel impreso. Muchos de Ustedes sé que no tienen acceso al sistema digital, ya sea porque no está al alcance o porque no tienen la práctica, entonces ha de ser en Ustedes donde más se sentirá esta ausencia, por lo que les pido mil disculpas y ruego lo sepan entender.
A todos mis amigos y compañeros de trabajo que se han interesado siempre en tener cada edición, como así también mis agradecimientos a los coleccionistas, que guardan cada ejemplar.
A los demás medios de comunicación y periodistas que nos trataron con el mayor respeto y consideración.
A todas las instituciones del medio: religiosas, educativas, gubernamentales, culturales, deportivas, empresariales, por la apertura y el acompañamiento.
En síntesis: gracias a todos, porque en definitiva L.E.A. no es solo nuestra sino que también pertenece a QUIMILÍ.
Por último, quiero decirles que haber formado parte de esta Revista, ha significado en mi un altísimo honor, fundado en el accionar correcto de las personas Diego y Pablo, a quienes de  considerarlos  un cuerpo, no me cabe duda, que los dos bien podrían ser el cerebro, como también el corazón.
GRACIAS POR SIEMPRE

Ramón Rito ENRÍQUEZ


¡UNA DECISIÓN DIFICIL!
           Apostar a la impresión de una Revista, allá por el año 2006 no era común, y por supuesto que concretar esa idea nos ocasionaba algún miedo. Deseábamos  que la comunidad de Quimilí comprendiera nuestro anhelo de comunicar, entrevistar, fotografiar, expresar aspectos de la vida común; queríamos aprender y difundir más sobre la historia de la tierra en que nacimos, resaltar personajes, cuestionar lo que nos parecía cuestionable y opinar sobre los temas importantes de la ciudad. Sabíamos que asumir este rol significaría una gran responsabilidad, y debíamos estar preparados para ello. Así fue que el 9 de Mayo del año 2006 nació LEA, Revista del Interior.
Entre los gratos recuerdos me quedarán las reuniones de los sábados a la mañana, donde planificábamos el comienzo de la Revista, involucrándonos emocionalmente de a poco con el proyecto. Diego con sueños e ideales grandes como su persona, Rito con la realidad consciente para bajar cualquier vuelo innecesario; y yo, aprendiendo de dos personas que he sabido admirar desde el principio, cada uno con su estilo diferente, pero ambos, claros en sus convicciones. Es a ellos a quienes les agradezco, el lugar que me han permitido ocupar.
Como equipo de trabajo nos respetamos siempre y funcionamos bien, pero con el tiempo tuvimos que priorizar otras obligaciones, lo que nos dejó poco espacio para trabajar como lo veníamos haciendo. Fuimos de mayor a menor, quitándonos ese tiempo que se necesita para crecer, por lo menos en los objetivos propuestos inicialmente.
Discutimos y estuvimos  de acuerdo en muchas oportunidades, pero en cada edición pudimos expresarnos libremente. Coincidimos siempre en que el verdadero protagonista de esta historia fuera usted, la gente, la comunidad, NUESTRO PUEBLO.
Hoy estamos tristes, porque decidimos apagar esta luz que nos guió poco más de ocho años. No fue fácil tomar esta decisión, extrañaremos lo que construimos con la gente a través de este medio, el amor que sentíamos hacia este trabajo.
 Sin ir más lejos, el otro día mientras registraba imágenes por la celebración de Santa Rosa, una Religiosa me llamó la atención al mover una silla, para hacer una fotografía que ella consideró inapropiada en ese momento. Más tarde, cuando fui buscar otra ubicación, una “Hermana” se me acercó porque sabía que era de Revista Lea y quería contarme sobre dos niñas que estaban a punto de hacer su Primera Comunión, “habían sido dejadas en la casa de las Hermanas de la Cruz  y en su condición de niñas Especiales, no tenían a nadie más en su vida”.
¡Inmediatamente pensé que estas nenas habían sido bendecidas anteriormente, porque este rol de comunicador social, me ha permitido ver y publicar en muchas oportunidades, el trabajo, las obras, la entrega y el amor que han sembrado las Hermanas de la Cruz, en beneficio de toda la comunidad!.
Son esas cosas seguramente las que vamos a extrañar, estar ahí; no estar por estar, sino estar para contar, para expresar, para transmitir que somos más de lo que parecemos, que hay cualidades que nos distinguen, que hay talentos que difundir, eventos que nos hacen únicos, signos que nos definen socialmente y porque no decir también, que con la ausencia de este medio, extrañaremos plantear temas que nos preocupan, para debatirlo entre todos, sin temor a ser tildados de subjetivos o tendenciosos, ya que hay un trabajo periodístico que se prepuso, se plasmó y se brindó a todos los Quimilenses, a través de 113 ediciones.
Nunca nos sentimos Periodistas, pero si Comunicadores comprometidos con los valores que nos inculcaron, y que nos obligan a ser como somos.
Desde ya quiero agradecer a Don Kito Carabajal, por incluirnos siempre en las reuniones para periodistas que organizó hasta el cansancio; seguramente para encontrarse en el lugar que él si merece, y para  expresarnos que somos diferentes, pero que tenemos mucho que aprender uno del otro.
No cabe dudas que luego del cierre de LEA, Revista del Interior, Quimilí seguirá andando normalmente, y luego de esta decisión, pocas cosas cambiarán para la gran mayoría de la gente, pero para nosotros será el final de una linda historia que la contamos entre todos; a partir de un grupo de jóvenes  que se atrevió a sacar lo que tenía adentro y manifestar lo que lo que deseaba o soñaba, sin importarle lo difícil que podía ser, y cuanto podía cambiar en sus vidas. ¡GRACIAS A TODOS!
"No llores porque ya se terminó... sonríe porque sucedió". (Gabriel García Márquez).
Mis saludos  de agradecimiento todos los docentes por recibirnos y hacernos sentir  siempre importantes. A Carlos Torres, un gran amigo en las buenas y en las malas. A toda mi familia por el apoyo y la comprensión, a Julia, mi esposa,  a mis hijas fanáticas de mi trabajo Juliana y Evangelina, a mis viejos por estar conmigo Yolanda y Mario, a mis hermanos Norma y Mario, a mi sobrino Maxi y a mi primera lectora Doña Julia Murúa.
Un abrazo grande y un inmenso agradecimiento a todos los que compartieron esta ilusión con nosotros.
Pablo César Acorta


Gracias por el Tiempo Compartido
Tal vez sea la despedida, no tengo muchas certezas ahora, el tiempo lo dirá. Pero es el texto que más me duele escribir, después de haber escrito miles.
Pensando en qué decir, me sale GRACIAS, un millón de GRACIAS: por permitirnos llegar a sus hogares, por hacernos parte de sus vidas, por confiar siempre en nosotros y en nuestra manera de comunicar la realidad social.
Hicimos lo que pudimos, lo que sentimos y quizás lo que debimos. No hubo una sola edición en la que no hayamos tenido dificultades para salir al público, pero sin embargo, gracias al apoyo y acompañamiento de muchos, pudimos siempre seguir adelante y esta, es ya, la edición 113 de LEA Revista del Interior.
Hoy tenemos que hacer un alto, para saber bien dónde estamos parados, para tomar las decisiones más adecuadas y para ver como sigue esto, si es que es posible seguir.
Siento que entregamos mucho: esfuerzo, tiempo, tranquilidad, salud, dinero; dejamos de lado muchas responsabilidades y proyectos personales por este sueño. No nos arrepentimos de eso, pero quizás no fue suficiente, porque no logramos que la revista diera ese salto de calidad al que siempre aspiramos.
Sin embargo creo firmemente que jamás resignamos convicción u objetividad en nuestro trabajo, siempre tratando de comunicar con responsabilidad y firmeza, especialmente en aquellos temas que vienen sufriendo de orfandad desde hace varias décadas en Quimilí: Salud, educación, vivienda, trabajo. Ojalá hayamos hecho algún aporte positivo, esa  siempre fue nuestra intensión y perdón por lo que no pudimos, no supimos u omitimos hacer.
La economía de la revista está en rojo, pero esto no es una escusa para no seguir, ya que lo económico nunca fue un escollo dado que venimos trabajando a pérdida desde el primer instante en que LEA salió a consideración del público aquel 9 de mayo de 2006.
Hoy nos toca hacer una pausa en la versión impresa de LEA, Dios quiera que sea pasajera, aunque el dolor que siento en mi corazón me dice que está muy complicada la continuidad en las actuales condiciones.
Nuevamente gracias: a nuestros colaboradores “Charly” Tórrez, “Babi” Nicolau, Marianela López, “Gringa” Martini, Nohemí Martini, Adriana López, Julia Gómez, Viviana López, María Clark, María Corvalán, Silvana Mansilla, Yéssica Díaz, Yéssica Moyano, Marisel Corvalán, Nadia Falcón, Susana Benavídez, Gastón Acosta, “Marito” Acosta, “Rolo” Romano, Marcia Torres, Juan Daniel Cano, Javier Castillo, Carlos Fugarola, Emilia Chávez, “Nino” su familia y empleados, Fuga´s, José “Locura” Ruiz, Mario Vilca, Miguel Martinet, Javier “Melena” Benavídez, Víctor Olivera, Víctor Pérez, Pedro Pablo Parodi, Dardo Gómez, “Chiqui”, “Kito” y Enrique Carabajal, Felipe, Estela y Luís Mendoza, todos los medios de comunicación, “Kike” Peralta, Elizabeth Rodríguez, Mario Escudero, Tomás y Enrique Gil, Pablo Avelleira, Manuel Suárez, Sonia Galván y Familia; “Dady” Font, Mónica Bustos, Gladys Gorosito de Bulnes, Doña Elvia Villaverde, Lic. Norma Andolfi, Padre “Paco”, directivos, docentes, administrativos, alumnos y todo el personal de los establecimientos educativos del medio; a las entidades religiosas, gubernamentales, sanitarias, solidarias, culturales, deportivas, empresariales del medio; a todos nuestros colaboradores publicitarios y profesionales que confiaron en nuestro esfuerzo; a nuestros familiares y amigos por el acompañamiento permanente; al Ministerio de la Producción que nos facilitó el préstamo de $19.000 con el que comenzamos este proyecto (préstamo que supimos devolver por completo en tiempo y forma); a mis colegas de la educación y periodismo; a Darío Vicente y Carlos Gómez. Gracias, por supuesto y fundamentalmente, a nuestros lectores que fueron la razón de nuestra existencia. También gracias, muy especialmente, a Ricardo Torres “Ricky”, que sin sus aportes, la revista hubiera desaparecido hace mucho tiempo. Y un GRACIAS GIGANTESCO a Pablo César Acosta y a Ramón Rito Enríquez Amigos-Hermanos-Compañeros en este sueño que llamamos LEA Revista del Interior.
Gracias a todos por el tiempo compartido y por hacer realidad este proyecto periodístico, social, cultural que tanto amamos…
Hoy por hoy nos despedimos, mañana Dios y la vida dirán el destino que nos tienen preparado.
Infinitas GRACIAS, Dios los bendiga y ampare siempre.
Diego Eliseo Leonardo López

No hay comentarios: