Cuando aparentaba una leve mejoría el servicio de transporte de pasajeros en el recorrido entre Quimilí y Santiago Capital, especialmente en el horario del medio día, los errores vuelven a cometerse.
La gente vuelve a viajar hacinada, incómoda, parada y poniendo en riesgo su integridad física y mental y, sobre todo, arriesgando la vida en cada metro que se avanza en estas condiciones.
En líneas generales el servicio de transporte público de pasajeros, interurbano en Santiago del Estero, sigue siendo ineficiente y empeora cada día. Cambian las empresas pero no cambia la calidad del servicio prestado.
Este servicio es vital para la mayoría de los habitantes del interior santiagueño, alumnos, docentes, profesionales de la salud y miles de personas necesitan transportarse por razones educativas, laborales, atención de la salud y tantos otros requerimientos.
Viajar, principalmente a la capital santiagueña y a las localidades que ofrecen servicios fundamentales para el bienestar de las personas, es sumamente necesario e imperioso. Es lamentable que los servicios de transportes públicos no mejoren y que las autoridades gubernamentales no hagan algo, en serio, para mejorar esta realidad.
Podría decirse que los más perjudicados son los ciudadanos de condiciones económicas más humildes a quienes no les queda otra opción que utilizar estos servicios, pero en realidad somos todos los santiagueños, víctimas de la ineficiencia de las empresas de transportes y de la inacción de nuestros gobernantes que, desde hace décadas, miran para otro lado.
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