jueves, 12 de septiembre de 2013

Gracias por estos 50 años

CINCUENTA AÑOS
AGRADECIMIENTO
              ¿Cómo atribuirme lo bueno de cincuenta años de servicio sacerdotal si todo es gracia y regalo de Dios? Nuestro bien, poca cosa, más bien un caminar a favor de la corriente de las turbias aguas de la vida con sus equivocaciones y caídas.
              Así que ni panegírico ni espejo para nadie. Necedad sería si lo pretendiera pero sí más bien agradecimiento y oración suplicante por todos y cada uno, niños o adultos que me acompañaron con su presencia y sus atenciones en la mañana del viernes trece de julio.
Para ese día viernes Aniversario de mi ordenación sacerdotal muy discretamente, ni Antonio, ni Andrés y Cristian me habían avisado de nada, solamente que lo celebraría en una misa con los alumnos.
Esto para mi ya era una gran alegría, mayor que si viajara - como pensé- a encontrarme con los compañeros de mi ordenación a los que no veo hace cincuenta años. No por desafecto con ellos, sino por un sentimiento vinculante con los que, hoy por hoy, camino en busca de su santidad y mi necesidad de crecer urgentemente en la caridad, dada mi edad y el tiempo perdido, cuando más joven gozaba de ella con la energía de la salud.
No esperaba los doce sacerdotes escolapios o párrocos en la acción de gracias, como tampoco a los amigos profesores/as  o la cantidad de familias y alguna autoridad que estuvieron junto a mi.
Llenos de profundo sentido cristiano y católico ese día todos ustedes elevaron un hermoso ramo de acción de gracias a Aquél de quien procede todo don y es fuente del mayor consuelo.
Por ello me siento fortalecido en la fe, garantía de la esperanza del Reino de los cielos  porque con su alabanza unión y acción de gracias ella se multiplicó, no me vi sólo en mi oración. Gracias
Mi sorpresa por su presencia fue inmensa. ¿¡De dónde a mi- parafraseando-  tanta consideración si mal llevo en Quimilí tres años? Sólo me lo explico  por lo que dije antes, su sentido cristiano de la acción de gracias a Dios y por la bondad de todos ustedes haciendo honor a la proverbial generosidad argentina que hasta ha dado un Papa a la Unidad Católica universal.
Con estas letras de agradecimiento mi oración. A ninguno dejaré atrás en mi súplica al Señor para que derrame lo mejor que Él puede dar, su gracia mayor, el Espíritu Santo y con El les dará los mejores bienes pues a quien Dios tiene nada le falta, como diría Teresa de Ávila: fe, confianza, esperanza, amor, fuerza hasta  en las más difíciles situaciones en que la vida les ponga.
Estoy seguro que al ser llevados de la mano mediante su Espíritu, increíblemente paternal, tendrán paz, consuelo, alegría y firme convicción de que están en buenas manos. Les dará siempre lo mejor, comprensión y afecto sincero para poseer la paciencia, resolver los problemas con dulce calma y tener en sus almas perfecta tranquilidad. No teman nunca niños, jóvenes, familias, amigos profesores/as, compañeros sacerdotes.
Correspondo a su generosidad pidiéndole al Señor que les de su mano y les guíe por tierra llana aunque pasen por oscuras cañadas, que cuide de todos.
Esta es mi manera  de darles las gracias ponerles a todos ante Él con mi oración agradecida.-
Padre Francisco “Paco”
Gutiérrez González Schp.


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