jueves, 12 de septiembre de 2013

Se puede estar mejor

      Soy de las personas que creen que se puede estar mejor; que se puede crecer, desarrollarse y cambiar las realidades adversas personales y sociales. Creo firmemente que vivir mejor es posible con voluntad, esfuerzo, sacrificio. Muchas de las condiciones que hacen al vivir mejor dependen de uno mismo y otras tantas del estado, especialmente del gobierno que toma las decisiones y genera obras y acciones tendientes al mejoramiento de la calidad de vida de la población.
      Es por ello que me llena de alegría cuando se construyen viviendas, escuelas, hospitales, se arreglan los caminos, se lleva la electricidad y el agua a aquellos lugares donde no se contaba con esos servicios, y tantas otras obras que pretenden el bien común.
Algunos dicen que por las obras favorables del gobierno no se debe agradecer, porque la función de los gobernantes es llevarlas a cabo. Sin embargo las agradezco, porque así me educaron y así me surge. Pero también me educaron para señalar las cosas que están mal o que no se hacen y se podrían hacer.
       Y así me surge decir que la droga y el alcohol se apodera de la voluntad de muchos niños y jóvenes en nuestro pueblo y no hacemos nada; cientos de vidas se truncan o quedan maltrechas por la imprudencia de los motociclistas que no respetan nada ni a nadie y no hacemos nada; nuestra ciudad está cada vez más sucia y descuidada y no hacemos nada.
      Y así me surge decir que la atención de la salud de los quimilenses en particular y de los santiagueños en general es deficitaria. Las muertes se multiplican por no contar con un servicio sanitario que atienda satisfactoriamente las múltiples dolencias y afecciones de la población. De nada sirve contar con nuevos edificios hospitalarios si no se cambia y mejora el sistema sanitario, con nuevos profesionales especialistas y equipamiento adecuado para no depender exclusivamente del hospital Regional de Santiago capital, que no da a vasto con la cantidad de derivaciones que le llegan de toda la provincia. Lamentablemente si no tienes plata para acudir a los servicios privados de atención de la salud, te mueres, auque tampoco son garantía por los cuantiosos errores que se cometen allí también.
       Y así me surge decir que el servicio de transporte automotor de pasajeros interurbanos de la provincia es desastroso o casi desastroso. Esporádicamente manifiesta algunas mejoras pero al tiempo vuelven a brindar un pésimo servicio. El que no tiene los recursos económicos para tomar un transporte alternativo, no le queda otra que arriesgar la vida en cada viaje.
      Sigo creyendo que todo lo mencionado puede mejorar pero como dije al principio se necesita voluntad, esfuerzo, sacrificio, olvidarnos de las mezquindades individuales y proyectarnos y actuar todos juntos, gobierno y población, por el tan anhelado bien común.

Diego Eliseo Leonardo López


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