miércoles, 29 de julio de 2009

TODAVÍA HAY QUIMILENSES QUE NO PODRÁN TENER UN FELIZ CUMPLEAÑOS




El sábado 20 de junio, un grupo de alumnos del primer año del profesorado de economía del ISPP Nº 7 de Quimilí, recorrieron el barrio Triángulo de nuestra ciudad, en el marco de una investigación social y económica, para la cátedra Pensamiento Geográfico.
El trabajo tiene la finalidad de establecer la realidad económica de los habitantes de ese barrio teniendo en cuenta los porcentajes de desocupados, sub-ocupados y ocupados y, en consecuencia el grado de satisfacción de sus necesidades personales y sociales.
El Barrio “EL TRIANGULO” está situado en el sector nord-este de nuestra ciudad y fue bautizado con ese nombre a raíz de su ubicación en medio de una figura triangular, conformada por la alineación de dos vías férreas, una con dirección hacia el Chaco (noreste) y otra con dirección a la localidad de Tintina (noroeste), ambas correspondieron al ramal C3 de la antigua línea General Belgrano, y el segmento restante lo representa la ruta a Otumpa.
Este asentamiento poblacional comienza en la década del `80 a partir de un loteo realizado por el entonces intendente René Eduardo Mustafá que con el tiempo, quedaron totalmente cubiertos por viviendas.
En el barrio podemos distinguir dos sectores habitacionales bien definidos: uno, el casco original del barrio, comprendido por las calles San Isidro Labrador, Santa Dorotea, Santa Lucía y Carlos Gardel. Y otro, más reciente, constituido por habitantes que en su mayoría provienen de sectores rurales, y que ocupan los terrenos antes pertenecientes al Ferrocarril General Belgrano.
En el primer sector mencionado, las viviendas son de diferentes tipos de construcción y materiales, que van desde el Rancho convencional levantado en barro, pisos de tierra y techos de tierra y paja o plásticos, hasta las viviendas levantadas con ladrillos, cemento, cal y arena, con techos de chapa o losa y pisos de material (Carpeta, mosaico, cerámico, etc.); la mayoría cuenta con letrina pero también con el baño instalado dentro de la casa. Esta zona cuenta con servicios de energía eléctrica, agua potable en red, recolección de residuos, alumbrado público (aunque hace varios meses que no se reponen los focos quemados), asistencia sanitaria domiciliaria (no con frecuencia regular), se han construido cordones cunetas aunque las calles siguen siendo un desastre y muy inundables en épocas de lluvia.
El segundo sector, el ubicado sobre terreno ferroviario, que se extiende en las prolongaciones de las calles San Isidro Labrador y Santa Dorotea hasta interceptar la ruta a Otumpa, es el más poblado y el más precario en cuanto a vivienda y necesidades insatisfechas se trata, predomina el rancho o casas hechas con cartones, chatarras y plásticos, con piso de tierra, letrinas improvisadas, la cocina es al aire libre con fuentes de energía a leña, sin servicio de energía eléctrica, sin agua potable, sin recolección de residuos ni alumbrado público. El hacinamiento es alarmante ya que en viviendas de una o dos habitaciones conviven desde 5 hasta 16 personas de acuerdo a la encuesta realizada. También conforme a las respuestas obtenidas, la visita sanitaria es prácticamente inexistente y se puede percibir la falta de higiene personal y de vestimenta y calzados adecuados en muchas de las personas, especialmente en los niños que se los puede ver desabrigados y descalzos sin generar reacción alguna en sus progenitores que lo toman como algo normal, situación a la que lamentablemente ya se acostumbraron.
El barrio cuenta con una capilla Católica (Nuestra Señora de la Merced) y varios templos Evangélicos, una sala de primeros auxilios y una Escuela (Santa Dorotea) que es una bendición para los niños, no sólo por la educación que reciben, sino porque, en muchos casos, le significan el único sustento alimenticio diario.
Entre otros datos de relevancia que se obtuvieron en la encuesta se destaca el alto porcentaje de desocupación y subocupación existente, lo que explica la no satisfacción de las necesidades elementales de la población y también el alto grado de analfabetismo entre los adultos jefes de hogar.
También fue muy llamativo un dato en particular que revela que aún en los hogares de mayor precariedad y de miseria extrema, no se privan del teléfono celular y muchos de ellos de los más caros, lo que lleva a reflexionar sobre las prioridades y valores de muchos padres que prefieren gastar lo poco que tienen en un aparato innecesario antes que comprarle zapatilla a sus hijos. O con lo que cuesta el celular podrían comprar una cocina y con lo que gastan en crédito mensual podrían pagar una garrafa y no tener que cocinar en la intemperie.
Son muchas las conclusiones que se pueden sacar, pero mucho más importante son las acciones inmediatas que se deben tomar tanto sanitaria como socialmente. Entendemos que los agentes sanitarios son pocos y que el gobierno debería designar muchos más, pero por lo pronto, hay sectores en donde hay que focalizar la atención. También la secretaría de la niñez y adolescencia debería acercarse, conocer y atender a aquellas familias con niños desamparados y con necesidades extremas. Algo se debe hacer por favor y no dejar a tantos niños a la buena de Dios.


Los datos finales del trabajo serán expresados en un informe estadístico más preciso que están elaborando los alumnos y que piensan entregarlo a la Municipalidad, al Hospital, a la Secretaría del Niño y Adolescente y a los medios de comunicación para que comiencen las acciones concretas inmediatas.

No hay comentarios: