COMO TE QUIERO QUIMILÍ

COMO TE QUIERO QUIMILÍ
Cerré los ojos, imaginariamente me subí a una de las históricas torres iluminarias del ferrocarril, uno de los pocos vestigios que quedan del General Belgrano, aluciné una plataforma giratoria y en posición de yoga me senté. Comencé a mirar en todas las direcciones tantas, como la aguja minutera apunta mientras gira en el reloj.
¡Que distinto te encuentro Quimilí!
Ya no están los majestuosos árboles de antaño que sombreaban por el centro de la Avenida San Martín. Se extendieron los barrios, apenas si estaban unos pocos: Centro, San Martín, Colón, Juan XXIII y Juan Felipe Ibarra. Crece la superficie asfáltica, se multiplicó el tránsito. Se extendió la iluminación. Ya no están los kioscos de Don Kito, ni de Don Mario Comán. Tampoco la tómbola de Don Valeira ni el Bar “El Chaqueño”. Se trasladó Don Roberto Berco. Quien lo hubiera imaginado hace 25 años atrás que en la mismísima esquina de la bicicletería de Luís Alzogaray hoy estuviera el Autoservis Murad. Recuerdo la mesa de villa de Don Berquito, la Seccional 29 por la San Martín, la motito de Volati, quizás la única por aquella época. ¡Oh viaja Esquina del Molino como te has transformado en la Casa el Quinto! Desaparecieron los sulkis y las zorras principales medios de transportes de tanto tiempo.
Te vi mansa y tranquila. Fuiste avanzando con pasos firmes y seguros en muchos casos para bien. Me distes la posibilidad de estudiar y trabajar, le abriste las puertas a mi familia y albergas mis mejores amigos. Me enriqueciste de experiencias. Me cobijaste de la intemperie. Me alegraste, me divertiste. Cómo no reconocerte inigualable Quimilí.
Y sí algún día debo dejarte ha de ser cuando Dios me llame. Y sueño que mis restos se hagan tierra en tu misma tierra. Y entonces sí seremos uno para el destino marcado por el Eterno Creador. (Rito Enríquez)