sábado, 16 de agosto de 2014

San Cayetano: Patrono de la Providencia, el pan y el trabajo


El jueves 7 de agosto se festejó San Cayetano. Como cada año, los devotos del santo del pan y el trabajo se reunieron en las parroquias de todo el país para pedir bendiciones y dar gracia por los favores recibidos.
San Cayetano nació en la región de Vicenza, muy cerca de la ciudad italiana de Venecia en 1480 en el seno de una familia noble, su padre era el conde Gaspar de Thiene y su madre María di Porto, su padre falleció cuando sus hijos eran pequeños.
Con el comienzo del nuevo siglo, poco después del descubrimiento de América, Cayetano cursó la carrera de Abogacía. Sus compañeros lo eligieron delegado estudiantil en la Facultad y sus profesores lo alabaron por las altas notas obtenidas. Él respondía con sencillez: “Creo que valgo por lo que soy, y no por lo que los demás digan de mí”.
El papa Julio II nombró a Cayetano conde de Thiene, en un importante puesto en la Cancillería de los Estados Pontificios. Uno de sus secretarios escribió: “A pesar del puesto, Cayetano no se dio ninguna importancia. Vistió con sencillez, atendió a todo el mundo aunque haya sido fuera del horario de oficina. Siempre activo donde lo necesitaran. Trató a todos por igual, ya sean ricos o pobres”.
Con un grupo de diplomáticos logró evitar la guerra entre la República de Venecia y los Estados Pontificios, cuyos resultados podrían haber sido desastrosos. Gracias al acuerdo Cayetano ganó enorme prestigio y comenzó a sentir los halagos de la gloria. Sin embargo, Cayetano sabía que su vida necesitaba seguir el camino de Jesús. Así explicó: “Siento que día a día mi vida suspira por amar a Dios. Mis años de abogado me enseñaron que el pueblo necesita palpar a Dios a través de las obras de los cristianos, de su acción, de sus enseñanzas, de su entrega. Quisiera hacer siempre la voluntad de Dios: esto deseo, y a esto aspiro. Ahora voy a dar otro rumbo a mi vida. Mi camino es dejar todo sin mirar atrás. Uniré mi propia vida a la Cruz de Cristo. Seré sacerdote”.
A los 36 años, el 30 de setiembre de 1516, Cayetano es ordenado sacerdote. Comenzó su acción apostólica en Venecia. Allí le preocupaba el excesivo lujo de los palacios y la miseria de los suburbios. Se propuso “no dejar de luchar hasta que vea a los cristianos correr hambrientos para nutrirse del Pan Sagrado”.
Organizó el primer Hospital de Enfermedades Infecciosas y cuando no le quedó dinero para pagar el sueldo a los mejores médicos de la ciudad ni para alimentar a los enfermos, ordenó la venta de su biblioteca, lo último que le quedaba de sus bienes: “Jamás dejaré de entregar lo mío a los necesitados hasta que me vea en tal pobreza que no me quede ni siquiera un metro de tierra para mi tumba, ni tenga un centavo para mi entierro”. Murió en Nápoles a la edad de 77 años, el domingo 7 de agosto de 1547. El 12 de abril de 1671 el Papa lo declaró santo junto con Rosa de Lima y Luis Beltrán (ambos difusores del Evangelio en Latinoamérica), Francisco de Borja y Felipe Benicio.
En Quimilí la misa en honor a San Cayetano se celebró en la Capilla de Luján y fue presidida por el Padre Guillermo Burdet ante una centena de feligreses. Luego de la Eucaristía se compartió panecillos ofrendados a San Cayetano y, juntos en Procesión y Oración, se acompañó a la imagen del santo hasta la renovada gruta en el Barrio que lleva su nombre.
Oración a San Cayetano:
Dios de todo consuelo, padre misericordioso, que ves en lo secreto y conoces nuestras necesidades, que alimentas los pájaros del cielo y viste los lirios del campo, te pedimos por intersección de San Cayetano que nos ayudes a vivir siempre en tu amor y en el de nuestros hermanos y así nos otorgues que no nos falte el pan y el trabajo de cada día. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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