sábado, 16 de agosto de 2014

“Llorar sobre la leche derramada”

       
     Parece que en Quimilí nos hemos acostumbrado a “llorar sobre la leche derramada”. El otro día me enteré del accidente entre dos camiones en la rotonda oeste de la ciudad que le costara la vida a un ocupante de los mismos y lesiones a otro. Según la crónica periodística, el vehículo de carga que embistió al otro “cruzó de largo la rotonda” (El Liberal 29/7/2014).
              Ese sector de la ciudad será el escenario privilegiado para que ocurran hechos similares en tanto y en cuanto no se tomen medidas referidas a la seguridad vial. ¿Quién de nosotros, quimilenses y los que no lo son, no ha visto el espacio propio de la rotonda transformado impunemente en playa de estacionamiento de camiones de gran porte y en un número que asusta?
Yo viajo con cierta frecuencia hacia el oeste por la ruta 89 y la mayoría de las veces he visto impedida mi visibilidad por los camiones que arbitrariamente hacen uso de ese espacio. Al comienzo no había una señal que explicara la prohibición. Luego se pusieron unos carteles. El caso es que con carteles o sin ellos, la situación no cambió.
Por otro lado, y siempre sobre lo mismo, decenas de camiones con acoplados se estacionan en ambas banquinas en la misma zona y desorganizadamente. Hoy lamentamos la pérdida de una vida humana, y sin dudas que comenzarán a tomarse medidas para evitar el descontrol vehicular en la zona. No eximo de responsabilidad a nadie. Autoridades municipales, provinciales, viales, policiales, etc. Tampoco a los conductores de vehículos. Pero ya será tarde. La rotonda se cobró una vida. Dirán que fue un accidente, pero si pudo haberse evitado entonces no lo es. Y lloraremos, pero sobre la leche derramada. Y no tendrá sentido.
Raúl Porcel De Peralta


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