jueves, 25 de abril de 2013

Manifestación 18A en Quimilí

             Por tercera vez en menos de un año, en múltiples puntos del país se desarrolló una masiva protesta popular contra el Gobierno Nacional, en el marco del cacerolazo del 18A, convocado a través de las redes sociales.

              El epicentro principal de la protesta fue Buenos Aires, que contó con importantes concentraciones de gente en la Plaza de Mayo, el Obelisco, el Congreso y la quinta de Olivos, donde se registraron manifestaciones colmadas de carteles con reclamos a la gestión de Cristina Kirchner.

Desde el gobierno porteño, aseguraron que más de un millón de personas se movilizaron en distintos puntos de la Capital.

A diferencia de los cacerolazos anteriores contra el kirchnerismo, los principales referentes de la oposición salieron a las calles para acompañar la convocatoria. Desde el Gobierno no hubo reacción oficial por la marcha. De hecho, la Presidenta viajó a Perú para participar de una cumbre de emergencia de la Unasur y en una catarata de tuits que lanzó antes de partir, evitó referirse a la protesta.

El rechazo a la polémica “democratización” de la Justicia , el repudio a la corrupción y los reclamos por las jubilaciones fueron las principales banderas del cacerolazo.

Pancartas y oposición

En esta oportunidad, aunque se escucharon cacerolas, tomaron protagonismo las pancartas. “2015 Sin Cristina”, “¡Basta! #18A”, “No al autoritarismo”, “DiKtadura” y “Juicio político”, “Corruptos fuera”, “El pueblo está vivo, el modelo está muerto”, “Juicio y castigo ya a CFK y su manga de saKeadores”, “La plata de la Rosadita es de todos y todas” y “No domestiKar la justicia”,  fueron algunas de las consignas de repudio al kirchnerismo más difundidas.

En Quimilí una veintena de personas se congregaron en la plaza San Martín alrededor de las 20 horas. En su mayoría eran productores agropecuarios, profesionales relacionadas al sector, sus esposas, hijos, unos pocos comerciantes y el dirigente Socialista de Quimilí Horacio “Bocha” Chávez.

Una vez en la plaza los convocados desplegaron una bandera Argentina. Un grupo decidió recorrer la ciudad en caravana, conduciendo sus vehículos particulares y haciendo sonar sus bocinas, mientras el resto recorría las calles del centro manifestando su descontento con las políticas de la Presidente Cristina Fernández.

Muchos de los transeúntes ocasionales que se encontraban en el centro no sabían de qué se trataba la manifestación, otros expresaban: “se quejan pero andan en 4 x 4 y viven en medio del lujo”… Algunos comerciantes expresaron a LEA su deseo de participar en la marcha pero no pudieron hacerlo por realizarse en horario de trabajo.

La gran mayoría del pueblo quimilense permaneció indiferente a la Manifestación denominada 18A y no se dio por enterado de las demandas y reclamos que algunos hicieron el la noche templada del jueves o simplemente no comparten la misma percepción de la realidad.

Fuente: LEA Revista del Interior

             Diario Panorama

 

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