La indignación se generalizó en toda la población, especialmente entre sus compañeras y amigas, quienes fueron las primeras en marchar pidiendo justicia por el asesinato de Rosana y en manifestar el dolor y la impotencia que generó la pérdida de tan valiosa persona.
Las calles de Quimilí sintieron los primeros pedidos de justicia por Rosana, el martes 21 de agosto que convergieron en la comisaría Regional situada en el centro de nuestra ciudad.
El viernes 24 del mismo mes se convocó a otra marcha para pedir justicia y para que se trabaje eficientemente para evitar más violencia de género. En ella participaron, además de sus compañeras y amigas, el papá de Rosana, la pareja actual de la víctima y algunos vecinos que recorrieron la ciudad, indignados por el suceso trágico.
Profundo Dolor
Alberto Coronel, padre de la joven asesinada, aún no logra entender lo que pasó con su hija. En diálogo con la prensa, contó que la última vez que vio con vida a su hija fue hace dos meses, cuando ésta fue a su provincia natal.
“No sé qué pudo pasar. El (por Medina) siempre fue una persona tranquila, seguro fue un momento de locura cuando le hizo eso a mi hija”, relató el papá con profundo dolor.
Alberto, quien trabaja como empleado municipal en la ciudad de Las Breñas, recordó a su hija como una excelente mujer y muy buena madre.
Luego finalizó diciendo: “Es tan grande el dolor que siento, que si pudiera lo mataría. Quiero que se haga justicia. Voy a pedir justicia desde ahora hasta que me muera”.
Fuente: Revista LEA
Imágenes: Ricky y Diego
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