martes, 17 de mayo de 2011

Weisburd cumple 105 años:

Nuestra vecina y querida localidad de Weisburd cumplió 105 años el 23 de abril y queremos compartir con nuestros lectores esta reseña histórica realizada por Gabriela Miño para el blog.lanacion.com y nos pareció alegórica a este memorable acontecimiento.

¿Escuchaste hablar de Weisburd?Por Gabriela Miño

¿Escuchaste hablar de Weisburd? Un día de esto nos juntamos y te lo cuento, me dijo Rodolfo aquella vez. Te va a atrapar, tiene una historia muy interesante. La verdad que desconocía cómo surgió este pueblo santiagueño, en el departamento Moreno. Me dediqué a leer todo el material que mi amigo me había acercado. Y allí encontré que llegado desde Rusia en 1890, Israel Benjamín Weisburd se instaló en la colonia judía Moises Ville en Santa Fe. Allí conoció a Julius Hasse, que en ese entonces comerciaba durmientes con el ferrocarril. Este lo convenció de poder hacer buenos negocios como él en la Pcia. de Santiago del Estero. Exactamente en el Bravo, como se llamaba antiguamente (actual Weisburd). Don Israel -siguiendo los consejos de su amigo- comenzó a adquirir una enorme cantidad de hectáreas, superando las 90.000.

  Después de años de explotar los bosques de quebracho comprendió que la única forma de que los pobladores se quedaran y no se fuesen detrás de cada desmonte era creando una fábrica de tanino. Surge de esta forma en 1941 la firma Weisburd y Cía. Ltda. Esta fábrica fue sin duda una de las más modernas de la época. La misma funcionó las 24 horas más de 10 años. Y llegó a producir más de 50.000 toneladas anuales de tanino llegando a trabajar en ella más de 3000 personas. Se obtenía el extracto de quebracho el cual se exportaba a Estados Unidos, Japón, Alemania, Cuba, Polonia y otros países de Europa.

Por alguna razón, con su arribo se extendieron los ramales ferroviarios, se hicieron perforaciones para el agua potable, se pusieron cables telefónicos, se construyeron 17 escuelas, un hospital modelo, un cine y hasta una pista de aviación. El quería erradicar los ranchos de adobe y que todos tuvieran la visión del progreso que él había imaginado para esa zona. Este pionero permitía que los obreros y sus empleados tuviesen la posibilidad de cultivar o criar sus aves, y su ganado dentro de los campos de su propiedad. Al personal de la fábrica se le brindaba vivienda con luz eléctrica gratuita y agua corriente.

Consideró que el ferrocarril debía pasar por el pueblo. Para eso realizó un convenio con el Central Norte, por el cual se le otorgaba durmientes y carbón a cambio de que llegaran los trenes. El era judío practicante, sin embargo sostenía: “No quiero un pueblo sin fe”. Mandó entonces  construir una iglesia católica. Durante los fines de semana el cine era la fiesta obligada. Todos acercaban sus sillas para las funciones nocturnas, se pasaban dos películas semanales y el noticiero Sucesos argentinos. No puedo dejar de pensar en Cinema Paradiso sin imaginarme a todos allí reunidos. En Weisburd además se filmó la película Malambo, en 1942, con Delia Garcés, y todos los extras eran habitantes de la zona.

El fútbol merece un capítulo aparte. Allí se lucían los dos clubes: El Club Atlético Weisburd de 1920 y el Club Unión Talleres Fábrica. Que con mucho orgullo salían a defender la camiseta. La conducción de la empresa continúo a pesar de la muerte de don Israel, en 1952. Lamentablemente comenzaron los problemas en la fabricación del tanino, debido a conflictos entre la firma La Forestal y el gobierno de aquel entonces. La tala desmedida llevó a tener que recorrer más de 80 km para poder traer árboles para la producción.

En vano se intentó salvar la empresa creando una empresa carboquímica y posteriormente una fábrica de vagones ferroviarios. Los conflictos siguieron entonces. La Forestal compró la maquinaria de la fabricación del tanino, obligándola a desmontarla y a ponerla junto a la vías para poder trasladarla. Sin embargo jamás lo realizó. En 1968 la empresa quebró. Muchos pobladores dejaron el pueblo. Otros decidieron apostar creando la cooperativa Mariano Moreno, dedicada a producir postes, leña, muebles. Y otras formaron la Cooperativa Apícola y Forestal W. Quizás siguiendo los pasos de don Israel que había sido promotor de la apicultura y adoraba las tortas y masas de miel.

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