jueves, 22 de agosto de 2013

Quimilenses en la JMJ Brasil 2013

La JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) es un evento creado por el “Santo” Juan Pablo II (Roma – 1986) , con el fin de convocar a todos los jóvenes del mundo, para cultivar la Fe en Cristo. Habiendo vivido la experiencia de la JMJ Madrid 2011 como peregrinos, con el Santo Padre, Benedicto XVI y en esta oportunidad la bendición de poder peregrinar como coordinadores, podemos testimoniar que la Jornada de la Juventud es un acontecimiento que enriquece el corazón de toda persona que la vivencie. Desde que nuestro emérito Santo Padre, nos anunciaba la ciudad de Río de Janeiro como próxima sede de la JMJ, es que decidimos comenzar a prepararnos interior y espiritualmente para ir al encuentro con el pueblo de Dios. Esta preparación se volvió más profunda y bendecida, desde que el 13/03/2013 nuestro Papá del Cielo, nos regalaba un papa criollo. La peregrinación comenzó desde Córdoba, con el grupo Escolapio de Argentina y México (116), teniendo como primera estación la Virgen de Itatí, continuando con la visita y oración en las Ruinas de San Ignacio. Cumpliendo con la agenda, nos detuvimos en las Cataratas de Iguazú, una de las maravillas naturales de Dios. Posteriormente, la Virgen nos convocó en la basílica más grande mundo, La Aparecida. En el nombre de Calasanz nos reunimos con nuestros hermanos en la ciudad de Bello Horizonte, para comenzar la pre-jornada, compartiendo momentos como la misa de nuestro patrono (19/07), la marcha “Por la Vida” con inicio en la plaza “Juan Pablo II” (9km), la visita a Ouro Preto (ciudad histórica). Con el corazón lleno de emociones, finalmente llegamos a Río. La ciudad nos recibía adornada con banderas de todo el mundo, colores por doquier, con una melodía en el aire y un abrazo de nuestro Señor desde el Corcovado. Presagiábamos días de bendiciones, y esto se confirmó pronto, cuando nuestro obispo en la celebración de la eucaristía, nos anunciaba que nuestro Santo Padre, proponía un encuentro con los argentinos en la catedral de Río. Ese día, el centro de la ciudad brasileña se tiño de celeste y blanco, pues una multitud de argentinos vivieron una vigilia lluviosa en busca de un lugar privilegiado para escuchar a Francisco. Al día siguiente nos volvíamos a reunir bajo la mirada de nuestra Madre en Copacabana, para reencontrarnos con nuestros hermanos y vivir un emotivo vía crucis. Fue una experiencia movilizadora. Se acercaba el final. Nuestro Padre, nos congregaba nuevamente a toda su comunidad. Comenzamos con la peregrinación, rebosando de alegría, hacia el punto de encuentro. Cuatro millones de jóvenes decidimos no “balconear” el llamado de Dios y nos hacíamos presente en la convocatoria a la vigilia. Otro momento que desbordaba nuestros corazones de felicidad y sentimientos. Luego de pasar la noche en comunión con los fieles, llego la frutilla del postre, la Misa de Envío. En una breve pero profunda y reflexiva celebración nuestro Papa Francisco con su particular tono risueño y aporteñado, nos llenaba de mensajes tales como: “No licuen la Fe”, “Cristianos, hagan lío”, “El futuro son los jóvenes y los ancianos. No los excluyan”, “Para evangelizar a un joven, nada mejor que otro joven” anexando interrogantes como: ¿Quieres verdaderamente seguir a Jesús? y empapándonos de ánimos para continuar como siervos de Dios en la tierra, afirmando “Uds cuentan con el papa” , “Dios nunca los abandona”, “Todos los jóvenes son tierra fértil de vida y amor”. Palabras que renuevan nuestra Fe y alimentan nuestra misión de vivir en Cristo. Fueron 20 días llenos de bendiciones, emociones, sentimientos, lágrimas, risas, profundidad, amor, amistad, dialogo, entrega, y tantas otras cosas. Al igual que el resto de los peregrinos, nos sentimos afortunados y bendecidos por Dios de haber podido presenciar y vivir desde adentro esta experiencia. Afirmando, que nada esta perdido si ponemos nuestras vidas al servicio del Padre. Testimoniando, que en medio de tanta guerra, muerte, inseguridad, discriminación, desamor, etc. Hay una multitud de jóvenes que tienen la fuerza y la convicción de luchar por la vida en Cristo. Dándole vida al lema oficial de la reciente JMJ: “Vayan y hagan discípulos a todas las naciones” y anexando el anuncio de nuestro Papa Francisco, escogiendo como sede de la próxima Jornada, la ciudad natal de Karol Wojtyla, Cracovia 2016 (Polonia), es que iniciamos un proyecto de preparación y concientización para que Dios mediante, nos volvamos a encontrar con los peregrinos y el Papa, en la próxima JMJ de la manera que nuestro Señor nos alienta.
“Esta es, la juventud del Papa”
- Yasmin Gelid (20) / Tomas Gil (23)

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