viernes, 31 de mayo de 2013

Aceptar las diferencias

              Estamos acostumbrados a criticar al otro: porque creemos que tiene mucho, porque pensamos que recibe sin hacer nada, porque percibimos que le va mejor que a nosotros. Pero no nos detenemos a conocerlo, a saber qué siente, qué piensa o qué necesita de nosotros.

              Con referencia a la nota que publicamos sobre la marcha del 18 A en Quimilí, en nuestra página de internet ww.leaquimili.blogspot.com.ar, en Factbook y en Twitter surgieron varias opiniones encontradas, algunas de ellas agresivas y ofensivas hacia los sectores humildes de la sociedad que reciben planes sociales, con el argumento de que reciben la plata de arriba y que esa plata se la sacan a los productores sojeros. Otras opiniones sostenían que no puede ser que unos pocos se llenan de plata y el resto de la sociedad la ve pasar y está cargada de necesidades.

Ante esto considero que debemos ser cautos a la hora de opinar y de hacer generalizaciones abiertamente. Existen muchos oportunistas e incluso corruptos en todas las clases sociales.

A los que dicen sostener al país, habría que analizar qué tan real es su aporte y si en el camino no se han aprovechado de los que ahora reciben un plan del gobierno; también es cierto que algunos de los que reciben los planes, se conforman con esa asignación y no se esfuerzan para generar otros ingresos que mejoren su situación actual. O bien priorizan el gastar ese dinero en costosos celulares y veloces motocicletas y no lo destinan a la alimentación o educación de sus hijos como correspondería.

A pesar de esto no podemos caer en la generalización porque la gran mayoría de la sociedad es honesta, trabajadora, responsable y busca como puede el bienestar de sus hijos y pretende sanamente un mejor porvenir.

Toda opinión realizada con respeto y responsabilidad es válida. Pero no nos creamos dueños de la verdad y como dice mi hijo de 9 años: "No juzguemos a un libro por su tapa".

El día que dejemos de ver la pelusa en el ojo ajeno y atendamos a la viga que tenemos en los nuestros, la realidad argentina será más digna e igualitaria para todos. Todos somos útiles en la sociedad y nadie es quién para juzgar al prójimo, mucho menos si no lo conocemos.

Dios los bendiga a todos y que nos ilumine para buscar la manera de tirar todos para el mismo lado, aunque pensemos distinto y aunque tengamos ingresos distintos.

Diego Eliseo Leonardo López

 

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