lunes, 3 de enero de 2011

No nos olvidemos del sentido genuino de la Navidad

En un mundo donde casi todo ha perdido el sentido y el significado genuino, no nos olvidemos del sentido genuino de la Navidad, que no consiste precisamente en hiperestimular el consumo materialista, en el aliento de los desbordes en el comer y en el beber, o en la celebración vana y superficial donde no se sabe ni siquiera qué se está celebrando.


La Navidad para muchos es una fecha maravillosa, para otros una fecha muy triste, de cualquier manera es bueno recordar que la Navidad es el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo y es motivo más que suficiente para estar contentos y agradecer todo lo que Él siempre nos da.

El Filósofo francés Fabrice Midal sostiene que el ritmo frenético al que nos vemos sometidos parece acelerarse en Navidad. “Los días se suceden sin dejar rastro, así de fugaz es la vida”. “A eso se le agrega una cierta banalización comercial de acontecimientos que deberían ser destacables”.

Si el marketing y el consumo parecen haberse apropiado de las fiestas, depende de nosotros no dejarnos manipular y aprovechar estas fechas señaladas en nuestro favor. Para darle a la Navidad un sentido nuevo es necesario hacer una pausa, inspirar profundamente y planificar. “Hay que comenzar por preguntarse qué importancia tienen para uno las fiestas, qué se quiere celebrar”.

Ojalá que haya un verdadero espíritu de amor para este día. Si quitamos los gastos muchas veces innecesarios, podemos nosotros mismos hacer que nuestra Navidad sea algo sencillo, sin tantos gastos. Tratemos de enseñar a nuestros niños y familia que lo más maravilloso de esta fecha es estar juntos, compartir nuestros sueños en una mesa que por más sencilla que sea, si hay amor entre nosotros, será un día muy bello, como le gustaría a nuestro Señor.

La Navidad es, nada más y nada menos, que un nuevo aniversario del nacimiento de Jesús, ese Dios que inexplicablemente se hace hombre para salvarnos. A través de Jesús, Dios muestra su rostro y nos habla de El.

Nosotros podemos hacer que esta Navidad recupere su sentido original, sabiendo hacer un alto para revisar nuestro camino y retomar nuestros ideales de bien, así como aquellos proyectos que nos lleven a realizarnos como personas.

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