jueves, 27 de marzo de 2014

Quimilí está vivo:

Editorial de LEA Revista del Interior (Marzo)
Tres acontecimientos fundamentales en nuestro pueblo hicieron que Quimilí dé muestras concretas de que está despierto, atento, activo, solidario y sobre todo vivo.
· Los corsos de carnaval 2014 dejaron en evidencia una vez más toda la perseverancia, creatividad, destreza y alegría de los niños, jóvenes y adultos de nuestro pueblo entregados por completo a una expresión cultural tradicional que moviliza a miles de quimilenses cada año.
· Las inundaciones recientes, no solo denotaron las cuantiosas deficiencias infraestructurales de nuestra ciudad y lo expuesto que quedamos ante los cambios bruscos del tiempo meteorológico, sino también la arraigada actitud solidaria de nuestra comunidad, que dice presente en cada situación difícil que nos toca vivir como pueblo. Durante días el objetivo común fue ayudar a nuestros hermanos afectados por el agua. Desde en intendente hasta el último habitante de Quimilí, de una u otra manera, se pusieron al servicio y a disposición de los que más necesitaban.
· Las manifestaciones de los docentes reclamando dignidad para la escuela en nuestra provincia, expresan la voluntad de un pueblo que quiere que de una vez por todas la educación sea tenida en cuenta, para devolverle el valor que debe tener este pilar fundamental para el crecimiento y desarrollo de un pueblo. No se trata solo de un reclamo por mejoras en el sueldo, se trata de un reclamo por atender las necesidades reales de una sociedad que si no tiene la oportunidad de educar con dignidad, igualdad y calidad a las nuevas generaciones, está condenada al fracaso.
También es cierto que hay aspectos en los que nos falta madurar mucho como sociedad, especialmente cuando reaccionamos con violencia cuando nuestros deseos y creencias no coinciden con los deseos y creencias de los demás, por ejemplo cuando se agrede al jurado de los corsos por no estar de acuerdo con su decisión. O cuando nos mantenemos indiferentes ante los problemas comunes y no nos involucramos por no quedar expuestos ante la vigilancia del gobierno o de los patrones poderosos, o por creer que a nosotros no nos va a afectar y que el problema es del otro.
Quimilí está vivo en los momentos de alegría; Quimilí está vivo en las desgracias que nos golpean y Quimilí está vivo en la búsqueda de un mejor porvenir. Pero precisamos imperiosamente estar más unidos e involucrados y establecer los acuerdos y las líneas de acción necesarios para que esta vitalidad sea acompañada por desarrollo personal y social para todos los que formamos parte de esta bendita comunidad.

Diego Eliseo Leonardo López


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